A menudo el periodismo acude a
ciertos “atajos” para de comunicar las noticias más eficientemente. De esta
forma, por ejemplo, en lugar de decir que el gobierno alemán ha exigido al
gobierno cubano que libere presos políticos se escribirá algo como “Berlín
Insta a La Habana a liberar a todos los presos políticos…” Análogamente,
muchos medios que se hicieron eco de la expropiación de YPF titularon cosas
como “Argentina
expropia YPF” y luego “Bruselas
promete una respuesta eficaz contra Argentina”.
Cuando uno lee estos titulares
entiende perfectamente que el medio está utilizando metáforas para simplificar
y que Bruselas solo se refiere a la ciudad belga donde delibera el
parlamento de la Unión Europea. De la misma forma, cualquiera comprende que
Argentina no tiene manos ni pies y que no puede expropiar nada que su gobierno,
formado por seres de carne y hueso, no expropie.
Ahora bien, estas metáforas y
simplificaciones que todos fácilmente pueden comprender luego de leer la
primera línea del artículo en cuestión, no parecen tan sencillas para los
líderes europeos. De hecho, con seriedad y firmeza diversos dirigentes
españoles y europeos han anunciado medidas contra "la Argentina".
No llegando a entender que la
expropiación es un acto de los expropiadores, el gobierno español (al aprobar
un proyecto proteccionista que estaba durmiendo en alguna cámara parlamentaria)
ha decidido reducir la compra de biodiesel a los productores nacionales. Por su
parte, el parlamento europeo con sede en Bruselas, está analizando la
suspensión de ciertas ventajas importadoras de las que gozaban algunos
productos de fabricación argentina como el aceite de soja o
las mandarinas.
Ahora bien, si pensamos el
conflicto como algo entre España y Argentina, o entre Europa y Argentina como si estas fueran entidades homogéneas estamos perdiendo completamente el foco de la cuestión.
En primer lugar: ¿cree el
gobierno español que todos
los argentinos estamos a favor de expropiar YPF? ¿Se olvida la tecnocracia
europea que más del 40% de la población no apoya la medida? ¿Y qué si los
productores de biodiesel formaran parte de ese 40%? ¿Qué culpa tienen ellos? Y lo
mismo puede decirse de los españoles ¿qué culpa tienen los españoles que
disfrutaban de la calidad y el precio de las mandarinas argentinas de que
Cristina Fernández necesite recuperar su caudal político y acuda a la demagogia
y al nacionalismo?
Y por último ¿Por qué cree cree el gobierno español que se ha actuado contra "España"? ¿Acaso cree que los 50 millones de ciudadanos piensan igual sobre el tema?
¿Por qué planteamos esto como una
cuestión entre España y Argentina si en ambos países existen voces a favor y en contra mientras que a muchos –españoles y argentinos– el tema no
les interesa en lo más mínimo?
En segundo lugar, este tipo de
medidas solo perjudican a la gente común. El proteccionismo hará que el
biodiesel resulte más caro a las empresas españolas y que el consumidor de
mandarinas español deba conformarse con otra calidad, otro precio o,
directamente, otra fruta.
Y todos estos perjuicios, que
poco parecen importarles a los líderes europeos, ¿con qué objetivo? ¿Creen que
esto ayudará a modificar en un ápice le decisión? Los políticos europeos no
parecen darse cuenta que tales medidas solo dejan a Cristina en la posición que
más le gusta: la del David popular luchando contra el Goliat extranjero. El
bloqueo norteamericano a Cuba sirvió como perfecto chivo expiatorio para todas
las falencias del comunismo cubano ¿Por qué habría de funcionar distinto con
argentina y CFK?
Repsol es una empresa que sabía
donde ingresaba. Conocía o debía conocer los riesgos y vaivenes que implica
invertir en el tercer mundo. La medida del gobierno es claramente nefasta para
la empresa y, en el largo plazo, también lo será para todos los argentinos. El
gobierno español necesita entender esto y si Rajoy desea negarle el saludo a
Kirchner durante alguna cumbre, bienvenido sea.
Sin embargo, cualquier nueva medida proteccionista impuesta a algunos argentinos y a algunos españoles no tendrá ningún efecto más que el empobrecimiento a ambas costas
del atlántico.
Carmen
ResponderEliminarMuy interesante punto de vista, porque va más alla de la mera expropiación. Pena que la política no da lugar a pensar ni en profundidad ni con seriedad, solo vale lo inmediato y lo que rinde votos.