Ahora bien, luego de las primarias, como ganaron los que no le gustan a la Sociedad Rural Argentina (pero sí a los artistas), quienes se llevaron el premio al exabrupto fueron sus representantes.
Hugo Biolcati sugirió que a los argentinos lo único que les interesa es tener un LCD y mirar a Marcelo Tinelli mientras que el país va camino al iceberg. Otro nuevo ataque de flanco hacia el supuesto egoísmo de los votantes, y hacia el elemento esencial de la democracia, “el pueblo”, los que votamos (que es distinto a “Los que Vivimos”).
Probablemente, como ya le pasó a Fito, Biolcati también reciba su correspondiente citación judicial. Pero, por las dudas, ya tiene una colección de críticas para entretenerse. El típico “gorila”, de parte de Aníbal Fernández, “lo peor de la Argentina” y “se le salió la chaveta” fueron algunas de las reacciones.
Así las cosas, lo que en la Argentina parece imperar es una serie de temas sobre los que nadie debe opinar distinto, o bien si lo hace, disimularlo lo más posible si no quiere ser investigado por la justicia, por el INADI, o demonizado por Clarín o “6, 7, 8” (según corresponda).
El problema con esta actitud es que impide llegar a mundos mejores. Si las expresiones de Páez o de Biolcati son atacadas con violencia y denostadas de manera que la próxima vez piensen dos veces antes de opinar sobre la “voluntad popular”, nos quedaremos sin voces críticas. Y las voces críticas son esenciales al mundo por dos cosas:
En primer lugar, si las críticas son erróneas, el hecho de que hayan salido a la luz, nos da la posibilidad de contrarrestarlas, de oponer nuestra teoría y reforzar nuevamente su valor.
Por el contrario, si las críticas son acertadas (y creo que nadie pensó en esta posibilidad), entonces estamos ante la posibilidad única de dar un nuevo debate, y de encontrar sistemas que satisfagan mejor las necesidades de todos.
En el año 1600 Galileo Galilei salvó su vida al confesar bajo presión que su teoría sobre el movimiento planetario era falsa. Sin embargo, la Tierra gira alrededor del Sol.
Probablemente no sean Biolcati ni Fito Páez los Galileos de nuestra era.
Pero que no queden dudas que la actitud de persecución y vilipendio de cualquiera que critique ciertos asuntos de nuestra vida pública es la garantía más grande de que si hay un Galileo dando vueltas, nunca lo vamos a conocer.
Fernando
ResponderEliminarEstoy de acuerdo 100% en el planteo de fondo.
Solo las criticas nos llevaran al cuestionamiento y el cuestionamiento al cambio y crecimiento.
Por otra parte me resulta interesante observar que ser descriptos como personas que disfrutamos de Tinelli y deseamos tener un TV de plasma se considera menospreciativo.
¿Porque se supone que esa descripción es un agravio? que tiene de agraviante?
Creo que el único que debería sentirse agraviado es Tinelli.
Fernando,
ResponderEliminarGracias por el comentario!
En cuanto al "insulto" "vos mirás a Tinelli", creo que la connoctación negativa no fue con el programa de Marcelo sino con la actitud del votante.
En ese sentido, las declaraciones de Biolcatti y las de Fito Páez, son iguales (este último había dicho "a la mitad de los porteños le gusta tener el bolsillo lleno, a costa de qué, no importa")ya que atacan cierta interpretación del concepto de egoísmo.
Y ahí radica el problema, el egoísmo, ya sea mirar Tinelli o ganar guita, es algo digno de admiración, y no de vilipendio. Ser egoísta no tiene nada que ver con "pisarle la cabeza" al prójimo.
Y de hecho es curioso observar que los que más luchan contra el supuesto egoísmo del hombre, son los que más conflicto social generan.
Abrazo!
Lo que está mal es criticar el hecho de que los votantes se expresen en libertad. Por eso son cuestionables tanto las expresiones de Páez como las de Biolcatti.
ResponderEliminarEntiendo, pero por ahí las expresiones de este tipo nos lleven a pensar que es posible que al poder llegue gente que es un asco, o bien que llegue una manga de ignorantes (teniendo en cuenta que los elegidos emergen de los electores).
ResponderEliminarY si este fuera el panorama, entonces la actitud cambiaría y no veríamos en el gobierno la salvador del mundo, sino que lo veríamos como algo de lo que tenemos que cuidarnos.
Si eso pasara gracias a Fito y a Biolcatti, entonces tendríamos que estarles eternamente agradecidos.