lunes, 16 de abril de 2012

Detrás del escándalo


Esta es mi teoría: El gobierno es culpable de los elevadísimos niveles de inflación que padecemos. Aunque, ya sabemos, no están dispuestos a admitirlo. De hecho, hace poco, Marcó del Pont esbozó la teoría de la inflación como problema de oferta y del sector externo[1]…. No es de extrañar entonces que, ante este mal diagnóstico, decidan aplicar una mala solución: tomamos control de YPF y vendemos a precios bajos. Total, la diferencia la pagan los contribuyentes, o los pesos del BCRA, o los que compren deuda pública.

Ahora bien ¿se trata solo de un error económico? Veamos…

¿Hace cuánto que los argentinos aceptamos y aplaudimos la idea de que los “intereses del conjunto” están por encima de los “sectoriales”? ¿Hace cuánto que los argentinos compartimos el principio de que el “bienestar general” debe primar sobre los egoísmos individuales?

¿Cuántos están convencidos de que tanto el fútbol como la comunicación audiovisual son de “interés nacional”? ¿Cuántos son los convencidos de que los empresarios son entes egoístas contrarios al “bien público”?

¿Y cuántos son los que están firmemente convencidos de que los gobiernos de turno son los fieles representantes de ese supremo e intocable interés popular, común, nacional?

¿A quién extraña, entonces, que se anuncie con bombos y platillos que el “51% [de YPF] no va a ser manejado por ningún grupo económico privado[2]? ¿Puede sorprendernos que la expropiación se proponga sobre la base de la protección de la industria nacional, los usuarios y los consumidores[3]? ¿Llama a alguien la atención que la coacción y la violencia se escuden en el vaguísimo concepto de la utilidad pública?

Ayn Rand escribió una vez:

“Dado que no existe entidad tal como ‘el público’, dado que el público es meramente un número de individuos, cualquier supuesto conflicto del ‘interés público’ con los intereses privados implica que los intereses de algunos hombres deberán ser sacrificados para satisfacer los intereses y deseos de otros. Dado que el concepto es tan convenientemente indefinible, su uso descansa solamente en la habilidad de una pandilla para proclamar ‘el público c’est moi[4]

La pandilla de turno es hoy la administración Kirchner. Sin embargo, mientras sigamos sosteniendo las anteriormente mencionadas premisas fundamentales, el zorro podrá perder el pelo, pero jamás perderá estas mañas.



[1] “En nuestro país los medios de pago se adecuan al crecimiento de la demanda y las tensiones de los precios están por el lado de la oferta y el sector externo” http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-190369-2012-03-25.html

[3] Idem I. Industria, usuarios y consumidores que la propia política del gobierno – y no los empresarios –pone en esta situación.

[4] Ayn Rand: “La Virtud del Egoísmo”

1 comentario: