¿Por qué le damos legitimidad y trascendencia a planteos que -en otro ámbito- tildaríamos de irracionales y absurdos?
Pablo tiene 35. Su última novia lo dejó después de ver en el cine “Un Novio para mi Mujer”. Era de esperarse. El tipo no tuvo mejor idea que expresar su verdad: “Ves, ¿Para qué se va a casar uno si después tiene que conseguir que el Cuervo Flores le saque de encima a su mujer? ¿Para qué siquiera comprometerse, involucrarse, si después es obvio que algo va a salir mal?”
Claro, Virginia no quiso saber más nada. Por suerte sólo salían hace tres meses de modo que no fue muy duro para nadie.
El problema es que Pablo vive quejándose. Ve a su alrededor y dos de sus íntimos amigos están casados y Adrián, el cuarto del grupo, está como loco con Jimena, su novia de hace 6 meses, con quien quiere casarse en Noviembre.
Le parece injusto. Está angustiado y necesita descargarse. Por ello, decidió consultar un psicólogo.
- El Licenciado Moyano lo atenderá el Martes a las 19.00 Hs. Señor.
- Allí estaré. Gracias, hasta luego.
Ese martes:
- ¿Sabe qué pasa doctor Moyano? Yo veo que ellos están más felices que nunca, alguno ya piensa en tener hijos, otro quiere hacer una fiesta para tirar la casa por la ventana. ¿Y yo qué? ¿Me quedo solo mirando una película en mi casa? ¿A usted le parece?
- Mire Pablo, a mí me parece una injusticia total ¿Cómo es posible que ellos, sólo por el hecho de estar enamorados, puedan ser felices? Todo bien con el amor y San Valentín, pero usted tiene que tener una compensación.
- Eso es lo que yo digo. ¿Quién se va a hacer cargo de mí?
- ¿Usted los sigue viendo a sus amigos?
- Sí por supuesto, jugamos al fútbol todos los martes, y los viernes siempre hacemos asado en lo de alguno, y van con sus esposas o novias, según el caso. ¿Y el boludo de Pablo? Solari, Dr. Moyano, ¡Solari!
- ¡Qué atrocidad! Mire lo que vamos a hacer. El día del casamiento de Adrián, usted se tiene que oponer…
- Me opongo…
- … y cuando le pregunten, les va a decir que usted les exige un porcentaje de su felicidad. Pero no sólo a Adrián y a su futura esposa, a todo su grupo, ¿se entiende? Tendrán que comportarse como hombres de una vez por todas y compartir esa felicidad que están viviendo, no es lógico que a usted lo dejen afuera.
- ¡Claro doctor, absolutamente! ¡Es lo que tengo que hacer!
- Excelente Pablo, lo espero la semana que viene.
- Gracias Doctor Moyano, muchas gracias.
- De nada Pablo. Y otra cosa: puede llamarme Hugo.
excelente la ironìa.
ResponderEliminarplanteo inteligente, formato original.
ResponderEliminar"Re- distribuir" es mas fácil que "generar" y tiene mejor prensa.
Desde el cristianismo todos sabemos que los ricos son malos y los pobres son bueno, por eso de ellos será el reino de los cielos...¿no?
La analogía es irreverente ¿que tienen que ver papas con batatas?
ResponderEliminarAlto Final !
ResponderEliminarIgual... La felicidad no es estrictamente un bien intercambiable... y la felicidad surgida de una pareja menos (A mi me puede hacer feliz una mujer que vos odies y vice-versa) pero me dejaste pensando... la crisis realmente es filosofica... Si un tipo tiene 7 huesos y yo ninguno... y... me tendria que entregar aunque sea alguna amiga!
Buena analogia... comparto lo dicho sobre el cristianismo. El ser humano no es generoso por naturaleza, a lo sumo lo es con sus seres queridos y hasta cieto punto. No logro concebir la idea de que los que mas tiene regalen a los que no tienen. Y los que no tienen es porque no tuvieron los recursos intelectuales para hacerlo o porque simplemente no desearon esforzarse lo suficiente. Entonces habra que dar educacion a las generaciones jovenes, es el unico camino. Si le das pescado pero no le enseñas a pescar, entonces tendras un individuo que solo sabe pedirte pescado. Es decir un parasito.
ResponderEliminarLa distribucion dela riqueza por si sola es un acto de demagogia. Necesitamos desarrollo, no crecimiento casual y clientelismo como vemos hoy en Argentina.